Guácharo (Steatornis caripensis) |
Son las conexiones entre una Amazonía muchísimo más antigua que las cordilleras.
Entre una cordillera que reversó el flujo del río más grande del mundo, cortando su acceso hacia el Pacífico y haciendo que volteara su curso hacia su ruta actual, al Atlántico.
Entre unos Andes que han separado, un poco, la gran selva de otras selvas.
Entre una cuenca baja desde la que han ido trepando, por millones de años, toda clase de organismos a las nuevas cordilleras, a medida que éstas se levantaban.
Entre unos Andes que han enriquecido la cuenca amazónica con inmensas cantidades de sedimentos, que bajan por los así llamados ríos de “aguas blancas”.
Entre unos Andes que han añadido una cadena montañosa nueva, para formar, al norte de Sudamérica, una compañera a los viejísimos cerros del escudo guayanés… esas montañas que aún existen, reverberantes de vida, aunque parecieran estar desapareciendo desde hace millones de años.
Uno de los seres que conecta estos dos mundos es el guácharo (Steatornis caripensis), ave de las cavernas, ave viajera y comedora de frutos sobre la que contamos aquí.
Los mensajeros
Asaí (Euterpe precatoria) - Especie consumida por guácharos |
Las siluetas de las aves, ya lejanas, contra el cielo, me han hecho imaginar los sitios que visitarán, lo que dejarán en ellos, lo que traerán de ellos. Cruzarán cordilleras, llegarán a selvas remotas, se suspenderán en vuelo bajo un viejísimo árbol de laurel, recolectando con el pico sus nutritivos frutos. Regarán semillas, replantarán selvas. Y luego, quizás a la mañana siguiente, quizás unos días después, retornarán a su lugar de origen, para desaparecer de nuevo en las entrañas de la roca.
Oscuridad y frutos
Guácharo - G. Smith - 2014 |
Viajeros de la noche
Frutos de laurácea |
Por lo general, las aves no retornan esa misma noche a la cueva, sino pasan el día posadas quietas en un árbol. Aquí regurgitan las semillas consumidas. Como estas semillas pueden proceder de áreas muy lejanas, el guácharo puede considerarse uno de los dispersores de larga distancia de semillas más importante de las áreas tropicales de Sudamérica.
Visitas a las grandes selvas
Área de distribución del guácharo |
La mayoría de los registros de guácharos están en la cordillera de los Andes. Las aves también están presentes, en números menores, en cuevas repartidas por el escudo guayanés.
Algunas notas sobre conservación
Palma de cera (Ceroxylon quindiuense) |
La plantación de palmas y lauráceas para restaurar bosques puede resultar clave para generar, a mediano y largo plazo, alimento no sólo para los guácharos, sino para muchas otras aves y mamíferos. Con trabajos como el que hemos hecho desde hace varios años con la reserva natural La Esperanza, en Jardín, Antioquia; donde se ha montado un pequeño vivero para la restauración, se han recolectado semillas del bosque maduro y hasta el presente se han plantado en áreas de nuevos bosques decenas de ejemplares de 7 especies de palmas nativas y 8 especies de laureles.
Quizás en algún momento, los guácharos, como tantas otras especies de aves, se vuelvan visitantes más frecuentes de las ciudades. Pues en ambientes urbanos por toda Colombia se plantan numerosas especies de palmas, muchas de ellas exóticas y también cada vez más nativas. Tan sólo en Bogotá se han plantado, según datos del censo de arbolado urbano, cerca de 3500 ejemplares de palma de cera (Ceroxylon quindiuense); en fincas por toda la región alrededor de Bogotá, va en aumento el número de palmas de cera plantadas, que se cuentan por miles. Como la plantación de muchas de estas palmas inició hace cerca de 20-30 años, ya se están acercando a la edad adulta y pronto podrán producir frutos maduros.
Esperamos que, si se repiten estas acciones en muchos más lugares, los guácharos, así como muchos otros animales, podrán adaptarse y seguir encontrando su nutritivo alimento, tanto en los bosques, como en los campos y ciudades. Y seguirán así, llevando mensajes y conectando mundos distintos.