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jueves, 8 de noviembre de 2012

Las migratorias del norte

Aves de lejos

Reinita cerúlea (Dendroica cerulea) - Mdf - 2007
En estos días hay un gran movimiento de aves migratorias pasando por Colombia. Son pájaros que vienen volando de muy lejos, desde Estados Unidos y Canadá, huyendo del invierno que ya se avecina. Su presencia en los parques, fincas y jardines es notoria para las personas que observan las aves con algún cuidado. Quienes se han aprendido los pájaros más comunes que viven todo el año a su alrededor (mirlas, copetones, torcazas, cucaracheros, azulejos, siriríes, etc.) notarán que en las últimas semanas ha habido más movimiento en las ramas de los árboles, más variedad de aves de lo común. Algunos de los pájaros que se encuentran son inusuales; no siempre por su tamaño, ni por su color, pues muchas migratorias son pequeñas y de plumajes opacos; simplemente son especiales pues tienen siluetas y patrones distintos a los de las aves con las que estamos acostumbrados a convivir todo el año. Para estas personas que han observado las aves con este detalle, octubre y noviembre son dos meses maravillosos, en los que pueden tener encuentros sorpresivos en cualquier esquina, en los que pueden descubrir por primera vez un nuevo movimiento, una nueva forma, un nuevo color, una especie que nunca antes habían visto. ¡Bienvenidas las aves migratorias!

 

Los detalles de la migración

Reinita gorginaranja (Dendroica fusca) - Mdf - 2005
En Colombia se han registrado hasta el momento cerca de 180 especies de aves migratorias procedentes del norte. Las que llegan más temprano lo hacen desde agosto o septiembre. Algunas se quedan en Colombia durante toda la temporada de migración; otras siguen su viaje más al sur, a los Andes de Ecuador, Perú y Bolivia o a la gran selva amazónica o a las pampas de Argentina o a las costas rocosas del sur del continente. Una vez en su destino, las aves se dedican a descansar y a reponer fuerzas para el año siguiente. En abril o mayo emprenden el viaje de regreso. Las que estaban lejos, muy al sur, vuelven a pasar por Colombia. ¡Por eso abril también es un excelente mes para ver aves migratorias! Recientes investigaciones por medio de tecnología satelital han mostrado que el viaje de las migratorias puede ser más rápido de lo que se pensaba. Aunque un viaje en un solo sentido puede tomarle a un ave varias semanas, incluso un par de meses, se ha descubierto que las aves a menudo aceleran su viaje, especialmente cuando regresan al norte. Una golondrina que está pasando el invierno en Brasil puede regresar a su lugar de cría en Estados Unidos en sólo 13 días. Otros estudios han mostrado que hay algunas aves migratorias que tienen un territorio de cría en Norteamérica al cual siempre regresan; y lo más asombroso: estas aves también tienen un territorio para pasar el invierno en Suramérica y siempre llegan a él. Eso significa que todos los años, en un mismo rincón de un bosque o de un jardín, volveremos a encontrar al mismo individuo de una de estas especies migratorias tan fieles. En fin, si queremos saber más sobre la migración de las aves, podemos visitar el siguiente link del Centro de aves migratorias del Smithsonian National Zoological Park (en inglés):
http://nationalzoo.si.edu/scbi/migratorybirds/fact_sheets/default.cfm?fxsht=9

 

Algunas migratorias

Pato barraquete (Anas discors) - D. Daniels - 2010
Entre las migratorias comunes en nuestras montañas se cuentan varios pajaritos pequeños, cafés, verdosos o grises; algunos de ellos, como el verderón ojirrojo (Vireo olivaceus) saltan y revolotean lenta y deliberadamente por las ramas de los árboles. Otros, como los atrapamoscas Empidonax y Contopus se sientan en una rama, vuelan al aire para atrapar un insecto y regresan a su misma percha. Otras migratorias son más vistosas. Por ejemplo las pirangas o cardenales (Piranga rubra, Piranga olivacea), que son relativamente grandes, de color completamente rojo en los machos de la primera especie y rojo escarlata con alas negras en los machos reproductivos de la segunda especie. Un grupo grande de migratorias es el de las reinitas; son pajaritos pequeños, a veces difíciles de ver porque se la pasan brincando ágilmente por las ramitas más altas de los árboles. La reinita migratoria más común es la gorginaranja (Dendroica fusca). En los cafetales se ve a veces a la vistosa y amenazada reinita cerúlea (Dendroica cerulea). Y hay muchísimas más reinitas, unas negras con blanco, otras predominantemente amarillas, otras verdosas, otras con vistosos parches naranja; en fin, una variedad para simplemente deleitarse con sus diseños o para poner a prueba nuestras habilidades de identificarlas con ayuda de una buena guía de campo. Muchas migratorias son aves acuáticas. A las zonas altas llegan muchas especies de playeros (Scolopacidae), de plumajes moteados de café y con picos y patas muy diversos. También llegan algunos patos; el más común en los humedales de montaña es el pato chisgo o barraquete (Anas discors); en estos últimos años de inundaciones, han llegado miles de ejemplares de esta especie a los humedales de la Sabana de Bogotá.

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