Proyectos actuales

miércoles, 3 de julio de 2013

Los chusques - Bambúes de los Andes

Chusques en la montaña

Chusque (Chusquea serrulata)
Durante los últimos meses, he seguido recopilando información sobre un grupo de plantas que genera controversia en los círculos de restauración ecológica, pero que, al mismo tiempo y como tantos otros elementos de nuestra flora, sigue permaneciendo poco conocido en términos de su ecología y de sus relaciones con otras especies. Se trata de los bambúes andinos conocidos como “chusques” (Chusquea spp.) Estos chusques son un componente esencial de los bosques nativos de nuestras montañas. Sin embargo, su carácter fuertemente invasor y su capacidad de ocupar terrenos en forma casi exclusiva, impidiendo que otras plantas se establezcan, genera poca valoración hacia ellos, que a menudo desemboca en aprensión e incluso rechazo hacia estas plantas. Por otro lado, un poco de atención hacia los chusques y su modo de vida, revela que se trata de plantas cuya historia natural está completamente entretejida con la de un sinnúmero de organismos de nuestros bosques de montaña. A tal punto que me pregunto: ¿podemos hacer una verdadera restauración ecológica en la región andina sin chusques?

 

La vida en los chusques

Chusque (Chusquea scandens)
Es cierto que los ambientes dominados por chusques (los “chuscales”) no ofrecen una gran variedad a la vista. En ellos no hay muchos árboles ni flores. Sin embargo, es difícil negar que estos chuscales cumplen funciones ambientales en una forma en que ningún potrero, parque o jardín lo hace. Por ejemplo, su capacidad para agarrar el suelo, protegerlo de la erosión, darle sombra. Su capacidad para proteger las cabeceras y cauces de cuencas hidrográficas. Y su capacidad para ofrecer un refugio denso y seguro a una gran cantidad de animales que viven en ellos.
Corades enyo - W. Chapman Hewitson - 1848

¿Cuál es toda esta diversidad de fauna de la que siempre hablo cuando menciono la riqueza de los chuscales? Para empezar, sólo en Colombia, son cerca de 200 especies de mariposas diurnas que viven asociadas directamente con los chusques y cuyas larvas se alimentan en forma casi exclusiva con las hojas de estos bambúes. Estas mariposas pertenecen sobre todo a un grupo de Satirinos llamado Pronophilina; muchas de ellas tienen colores opacos (cafés, negros), casi siempre con marcas distintivas de color blanco, amarillo o anaranjado en sus alas. Las especies de Pronophilina muestran un altísimo grado de endemismo, muchas de ellas viven sólo en una montaña, en una vertiente, en una estrecha franja altitudinal. Al cambiar de sitio, estas especies desaparecen y son reemplazadas por otras distintas. Así es como la región andina ha llegado a tener una diversidad tan alta de mariposas. Algunos de nuestros principales géneros de Pronophilina comedores de chusque son: Corades (10 spp.), Daedalma (3 spp.), Eretris (10 spp.), Forsterinaria (6 spp.), Junaea (2 spp.), Lasiophila (6 spp.), Lymanopoda (24 spp.), Manerebia (13 spp.), Mygona (1 sp.), Pedaliodes (cerca de 70 spp.), Pronophila (6 spp.), Steremnia (3 spp.) y Steroma (1 sp.) Además de estas mariposas, también hay otras comedoras de chusque: sobre todo la espectacular mariposa nacarada (Morpho sulkowskyi) y varias especies de la familia Hesperiidae (Dalla, Falga, etc.)

En las altas montañas cerca de 3000 metros de elevación, cerca del 50% de las especies presentes en una comunidad de mariposas pueden alimentarse exclusivamente de chusque durante sus etapas de oruga. De esta forma, los chusques ocupan en el país y en el continente uno de los primeros puestos como plantas nutricias de una amplísima variedad de lepidópteros.

Escarabajo de los chusques (Golopha)
Hay un notable insecto adicional que se alimenta de chusque. Se trata de un escarabajo con cuernos, del género Golopha, cuyos adultos vuelan en las temporadas en las que el chusque emite brotes nuevos; es común observar a los escarabajos posados sobre estos tallos jóvenes, desfibrándolos.

Para otros grupos de organismos...basta con hojear una de esas guías ilustradas sobre las aves de Colombia y Suramérica (en español o en inglés) y mirar en qué hábitats se encuentran varias de las especies de pájaros de montaña más interesantes. A cada rato uno se encuentra palabras y frases como: “chusque”, “en el chusque”, “restringido al chusque”, “sotobosques con chusque”, “bamboo”, “hillsides with Chusquea bamboo”, “thick bamboo undergrowth”, “matorrales densos y chuscales”, “casi siempre donde haya chuscales densos”. En Colombia, son alrededor de 100 de especies de aves que están adaptadas a vivir en forma preferente (y a veces exclusiva) entre los matorrales del chusque. Entre ellas están la tortolita chusquera (Claravis mondetoura), el periquito barrado (Bolborhynchus lineola), varios colibríes (p. ej. Coeligena bonapartei y Eriocnemis vestita, cuyos nidos siempre los he encontrado en chuscales),  chamiceros (Synallaxis, Hellmayrea), hojarasqueros (Thripadectes), tororois (Grallaria, Grallaricula), tapaculos (Acropternis, Myornis, Scytalopus), cucaracheros (Troglodytes, Cistothorus, Pheugopedius, Cinnycerthia, Henicorhina), hemispingus (Hemispingus), zarceritos (Thlypopsis), el saltador chusquero (Saltator cinctus), el semillero de páramo (Catamenia homochroa), los gorriones monteses (Arremon, Atlapetes), los monteros (Chlorospingus) y los arañeros (Basileuterus).

Comprapán (Grallaria ruficapilla) - R. Klappe - 2009
El chusque forma un valioso sitio de paso y alimentación para mamíferos como el cusumbo (Nasuella olivacea), el oso de anteojos (Tremarctos ornatus) y la danta de páramo (Tapirus pinchaque); estas dos últimas especies comen los brotes tiernos del bambú. El chusque es también el hábitat exclusivo de la rata de los chusques (Olallamys albicauda), uno de nuestros roedores nativos de la región andina.

¿Viendo toda esta diversidad de vida, cómo es que llegamos a pensar que los chusques no son valiosos ni deseables?

 

El imaginario del bosque

Muchas veces, dirigimos nuestros esfuerzos de restauración hacia crear algo que está en nuestras mentes (por ejemplo, un bosque andino maduro, con grandes árboles y muchas orquídeas en sus ramas). Y se nos mete tanto en la cabeza que para lograr nuestra meta, ignoramos la realidad del terreno que está ante nuestros ojos, la vegetación nativa que todavía sobrevive y los procesos naturales de regeneración. Queremos un bosque maduro (que en la naturaleza tarda varios siglos en formarse) en sólo décadas. Queremos un bosque maduro, pero sin pasar por la etapa de bosque adolescente, cuando este bosque se parece más a un matorral y está lleno de enredaderas, zarzas y otras plantas invasoras. ¡Y lo irónico es que este matorral “adolescente”, que tanto se evita, es uno de los más vitales, con mayores flujos de energía y de los que más comida y refugio le ofrece a nuestra fauna nativa!

 

Los chusques en la restauración

Interior de un chuscal (Chusquea serrulata)
Puedo hablar de mi experiencia personal. En la finca donde crecí en las montañas de Subachoque, a casi 3000 metros de elevación, el chusque es común. Cuando iniciamos la restauración de un bosque nativo en 3 hectáreas que habían estado cultivadas con papa, casi todo se hizo de una manera inconsciente, quizás intuitiva, quizás “perezosa”. Es cierto que plantamos algunos arbolitos y que tuvimos que cuidarlos constantemente de toda la avalancha de enredaderas, chusques y zarzas que amenazaban con devorarlos. Sin embargo, con un poco de observación, descubrí cuáles eran los sitios donde estas enredaderas, chusques y zarzas crecían mejor; y descubrí que no crecían por todas partes. De hecho, las enredaderas y zarzas prefieren los suelos más fértiles y las hondonadas en los terrenos. Entonces no quedó más remedio. ¡Ese sitio sería para ellas! Por otro lado, el chusque rara vez se propaga por semillas; más bien, una mata se va extendiendo año tras año, ocupando sus alrededores. Allí encontré la solución. ¡Sólo voy a plantar arbolitos lejos de las matas de chusque, para que tengan tiempo de crecer! De esta forma, me dediqué a dirigir mi ánimo restaurador hacia las partes más altas y secas del terreno, lejos de los chusques, dejando que las plantas “invasoras” ocuparan los espacios que habían escogido. Dividiendo labores de esta forma, entre el feroz crecimiento espontáneo y una restauración más personal y cuidadosa en terrenos menos fértiles, ha quedado la finca que es hoy: una finca con una gran gama de ambientes naturales y una altísima biodiversidad (en sus 6 hectáreas hay registros 12 especies de mamíferos, 82 especies de aves, 4 especies de reptiles, 1 especie de anfibio, unas 40 especies de mariposas y 483 especies de plantas vasculares). Todo esto, logrado con un mínimo de gasto de esfuerzo y de dinero.

 

Por los siglos de los siglos...

Chusque (Chusquea aff. fendleri)
Hay que seguir observando. Y observando con cuidado, a largo plazo, sin dejarnos invadir por la inmediatez de nuestros temores. Es cierto que el chusque crece dentro de los bosques; pero allí no es su ambiente óptimo, allí no va a invadir y a comerse todo. Pues el chusque necesita que se tale o se queme el bosque, que entre más luz, para poder dominar. El chusque no invade los bosques de afuera hacia adentro, sino en dirección contraria, desde el bosque al potrero. Todas las montañas que ahora vemos completamente cubiertas de chusques, han sido afectadas por la destrucción paulatina o repentina del bosque, casi siempre por actividades humanas como la tala de árboles, el pastoreo sin control del ganado, las quemas. Ahora estos sitios están en regeneración. Y no olvidemos: el chusque no dura para siempre. Bajo él, en ciertos sitios, sí van creciendo y surgiendo arbolitos. Y un día, luego de muchas décadas, todo el chusque de una montaña florece, por única vez en su vida. Luego de que los bambúes florecen y dan semilla, ellos mueren. Algunas nuevas plántulas lograrán crecer y establecerse. Pero el bosque sigue avanzando a su paso, sin remedio, año tras año, siglo tras siglo, comiéndose él al chusque. ¡Por eso es que los bosques maduros más intactos casi no tienen chusque en ellos! ¿Quién se come a quién?

 

Una nota final

Arañero (Basileuterus nigrocristatus) - M. Woodruff - 2007
Es natural que persistan las dudas...de todos modos, los chusques son plantas demasiado poderosas. Lo más probable es que si hacemos una restauración ecológica en un sitio donde todavía sobreviva algo de vegetación natural, incluyendo chusques, no necesitemos tentar al destino y podemos ahorrarnos la decisión de propagar todavía más estos invasores bambúes. La pregunta y la decisión son más bien para los sitios donde ya desapareció toda la vegetación nativa (por ejemplo, las partes planas de la Sabana de Bogotá). ¿Nos atreveremos a reintroducir aquí de nuevo a los chusques y a toda su variadísima red de mariposas y aves acompañantes?


11 comentarios:

  1. Saludos a todos

    Me gusta este blog. Resalta el afecto por nuestros compañeros de vida.

    También me gusta el énfasis en las en especies nativas; no pienso que sólo debe haber nativo, pero conocerlo y preservarlo, para mí, es de gran valor.

    Espero que sigan habiendo más entradas

    Gracias

    ResponderEliminar
  2. gracias, muy linda tu experiencia con esta planta....

    ResponderEliminar
  3. gracias, muy linda tu experiencia con esta planta....

    ResponderEliminar
  4. Ojalá se reprodujera esta especie como barrera protectora de cauces de quebradas,pues es sabido su forma de endeudamiento profundo y resistencia al agua,por lo que protegería más la vida y biodiversidad perdida por el paso destructor del desarrollo no sostenible

    ResponderEliminar
  5. Muy interesante etiqueta...no he visto el resto de las entradas pero prometen. Es importante recabar en otras fuentes sobre los diversos servicios ecosistémicos que genera el chusque y hacerlos públicos. Sin duda juegan un papel importante en la conservación de los cauces de corrientes hídricas y podrían utilizarse en obras de bioingeniería por su capacidad de retener suelos. Tienen un valor importante como material de construcción (en el bahareque) o como aislante (en aglomerados?); en Chile se les utiliza para producir carbón activado...Por favor si tiene datos sobre la fenología de los chusques le agradecería que nos los compartiera. Como otros bambúes, florecen y se marchitan masivamente... pero no he visto literatura sobre esto. Finalmente, sería importante dar a conocer técnicas de reproducción de los chusques. Gracias

    ResponderEliminar
  6. Deberias citar la fuente de la información

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias por esta entrada. Me ha abierto a ver esta planta como parte de todo el ecosistema y no como una maleza. Gracias

    ResponderEliminar
  8. Buenas.
    Siempre he seguido tus consejos y anotaciones, siempre valederas y e gran importancia, gracias.
    los que nos hemos dado a la tarea de cuidar, regenerar, repoblar y mantener estos ecoistemas, obtenemos en este blog información muy importante.
    felicitaciones.
    quisiera pedir el favor de información similar a esta respecto al mimbre.
    Gracias

    ResponderEliminar
  9. Buenas.
    Siempre he seguido tus consejos y anotaciones, siempre valederas y e gran importancia, gracias.
    los que nos hemos dado a la tarea de cuidar, regenerar, repoblar y mantener estos ecoistemas, obtenemos en este blog información muy importante.
    felicitaciones.
    quisiera pedir el favor de información similar a esta respecto al mimbre.
    Gracias

    ResponderEliminar
  10. Que otras investigaciones y observaciones tiene sobre este mundo del chusque y mariposas d alta montaña.

    ResponderEliminar
  11. Genial tu historia. Estoy en la lucha de propagar el chusque en mi finca de Choachí, vereda la Llanada Alta. Ha sido muy complicado y muy pocas plantas transplantadas han pelechado. ¿que debo hacer para que sea más efectiva la propagación?

    ResponderEliminar