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sábado, 11 de enero de 2014

Una guía para restaurar los ecosistemas de Colombia – Las zonas altas de la Sierra Nevada de Santa Marta

Sierra Nevada de Santa Marta, vista desde Palomino (Guajira)
Aquí se presenta una recopilación sobre la biodiversidad nativa de la Sierra Nevada de Santa Marta y sobre las especies de plantas más importantes para tener en cuenta en proyectos de restauración ecológica. La Sierra Nevada de Santa Marta es uno de los sitios más notables que hay en Colombia. Este macizo montañoso no sólo alberga los picos más altos del país, que se elevan hasta 5770 metros sobre el nivel del mar, sino que es también uno de los centros de endemismo más llamativos: decenas de especies de plantas y animales habitan sólo aquí y en ningún otro lado del mundo. Al mismo tiempo, y al igual que otras regiones del país, la Sierra Nevada ha venido sufriendo un progresivo deterioro ambiental. Bosques y páramos han sido gradualmente destruidos para transformarlos en zonas de cultivo y de pastoreo de animales; y el calentamiento global va causando el derretimiento de los glaciares y el desplazamiento de las zonas de vegetación.

Teniendo en cuenta que estas montañas han estado pobladas por seres humanos desde hace milenios, las alternativas de conservación más viables parecen ser aquellas que favorezcan la convivencia entre la gente y sus zonas de cultivo y pastoreo y las zonas con vegetación nativa de bosques y páramos. Un buen inicio para planear acciones de conservación es preguntarse: ¿Cómo eran los antiguos bosques que había en esta región? ¿Qué especies de plantas y animales vivían aquí? ¿Cuáles siguen existiendo todavía? ¿Cuáles son las especies endémicas (exclusivas) de la región? ¿Cuáles especies están más amenazadas de extinción? Si se va a favorecer la creación o ampliación de corredores de bosque en los linderos de las fincas, a orillas de los caminos y a lo largo de ríos y quebradas ¿cuáles son las especies de flora más adecuadas que se deberían plantar? La información que sigue responde precisamente a estas preguntas.

 

Las zonas altas de la Sierra Nevada de Santa Marta

La franja de elevación de la que aquí nos ocupamos se encuentra comprendida entre 2500 y 3200 metros sobre el nivel del mar. Esta es una región de bosques de apariencia y composición muy similares a los de las cordilleras andinas, a tal punto que en la literatura también son llamados “selvas andinas”. Estos bosques se caracterizan por su porte relativamente bajo (en muchos sitios de menos de 15 m de altura), por las hojas pequeñas y follaje compacto de los árboles dominantes, por el sotobosque impenetrable formado por una maraña de ramas y chusques, y por la gran abundancia de plantas epífitas (helechos, quiches, orquídeas, musgos) que crecen sobre los troncos y ramas de los árboles. Al igual que los páramos, los bosques de alta montaña son por excelencia los protectores de cuencas hidrográficas y los grandes almacenadores de agua de lluvia, asegurando la calidad y suministro del líquido que escurre por todos los ríos de la Sierra, para beneficio de centenares de miles de personas que viven en ella y en las planicies que la rodean.

 

Biodiversidad

Gaque (Clusia multiflora)
La biodiversidad de las zonas altas de la Sierra Nevada de Santa Marta es moderada en comparación con la de otras áreas del país; sigue siendo, de todos modos, variada y singular, teniendo en cuenta la reducida extensión de esta región. Se puede estimar la presencia de unas 35 especies de mamíferos nativos, 170 especies de aves, 10 especies de reptiles, 12 especies de anfibios y unas 800 especies de plantas vasculares (plantas con semilla y helechos). A modo de comparación, las Islas Galápagos, que cubren un área 13 veces mayor que las zonas altas de la Sierra Nevada de Santa Marta, tienen registros de 6 especies de mamíferos terrestres nativos, 170 especies de aves, 24 especies de reptiles y aproximadamente 600 especies de plantas vasculares nativas; en las Galápagos no hay ninguna especie nativa de anfibio.

 

Endemismo

Abanico colombiano (Myioborus flavivertex) - D. Beadle - 2010
Muchos animales y plantas viven sólo en las zonas altas de la Sierra Nevada de Santa Marta y no se encuentran en ningún otro lado del mundo. Éstas son las especies prioritarias para la conservación. Si la gente de la región no las cuida ¿quién más en el mundo podrá hacerlo? Las especies endémicas exclusivas o casi exclusivas de esta zona incluyen las siguientes: entre los mamíferos, el ratón silvestre (Thomasomys monochromos); entre las aves, el periquito de Santa Marta (Pyrrhura viridicata), varios colibríes (Ramphomicron dorsale, Coeligena phalerata, Chaetocercus astreans, Campylopterus phainopeplus), el chamicero serrano (Synallaxis fuscorufa), chamicero coronado (Cranioleuca hellmayri), tapaculo ratón (Scytalopus latebricola), atrapamoscas de Santa Marta (Myiotheretes pernix), tangara serrana (Anisognathus melanogenys), gorriones monteses (Arremon basilicus, Atlapetes melanocephalus), abanico colombiano (Myioborus flavivertex) y arañero de Santa Marta (Basileuterus basilicus); entre los reptiles endémicos está la serpiente tierrera (Atractus sanctaemartae); los anfibios endémicos son los sapitos arlequines (Atelopus arsyecue, A. carrikeri, A. laetissimus, A. nahumae, A. walkeri), la rana marsupial (Cryptobatrachus boulengeri), las ranas de lluvia (Pristimantis cristinae, P. delicatus, P. ruthveni, P. sanctaemartae, P. tayrona) y la rana de tierra (Geobatrachus walkeri).

La flora endémica incluye numerosas especies que sólo se encuentran en este macizo montañoso y que no se conocen de ninguna otra cordillera. Entre estas especies se cuentan el arbusto de sotobosque Habracanthus magdalenensis, pecosa (Bomarea colombiana), la asterácea Jaramilloa sanctae-martae, mano de león (Jungia calyculata), pauche (Montanoa josei), piñuela (Greigia sanctae-martae), quiches (Tillandsia caloura, Vriesea hospitalis), mazorca de agua (Gunnera tayrona), tusílago (Satureja andrei), tuno (Miconia insueta), angelito (Monochaetum rotundifolium), zarcillejo (Fuchsia magdalenae), curuba silvestre (Passiflora sierrae), cafetos de monte (Palicourea abbreviata, P. purdiei), calabacillo (Meliosma martana) y uné (Daphnopsis crispotomentosa).

Además de las endémicas estrictas, la Sierra Nevada de Santa Marta alberga una serie de especies adicionales de distribución relativamente restringida, compartidas con la serranía del Perijá, norte de la cordillera Oriental y los Andes de Venezuela. Entre estas especies se cuentan aves como la pava canosa (Penelope argyrotis) y plantas tan emblemáticas como la palma de cera de la Sierra Nevada (Ceroxylon ceriferum).

Especies endémicas de Colombia, conocidas sólo de la Sierra Nevada y de Perijá, incluyen el mano de oso (Oreopanax fontqueranus), camargo (Verbesina tatei), angelito (Monochaetum uberrimum) y curuba silvestre (Passiflora schlimiana).

 

¿Cuáles son las especies más amenazadas?

Spizaetus isidori - T. Friedel - www.birdphotos.com
En el área hay 5 especies de mamíferos que han sido catalogados como amenazados; estos son el mico de noche (Aotus griseimembra, VU), nutria (Lontra longicaudis, VU), puma (Puma concolor, NT), tigrillo (Leopardus tigrinus, VU) y el ratón endémico (Thomasomys monochromos, EN). Entre las aves amenazadas se cuentan el cóndor de los Andes (Vultur gryphus, EN), águila crestada (Spizaetus isidori, EN), periquito de Santa Marta (Pyrrhura viridicata, EN), colibrí picoespina (Ramphomicron dorsale, EN), colibrí ala de sable (Campylopterus phainopeplus, EN), chamicero serrano (Synallaxis fuscorufa, VU), pibí boreal (Contopus cooperi, VU), atrapamoscas de Santa Marta (Myiotheretes pernix, EN) y arañero de Santa Marta (Basileuterus basilicus, VU). Entre los anfibios amenazados están los sapitos arlequín (Atelopus arsyecue, CR, A. carrikeri, CR, A. laetissimus, CR, A. nahumae, CR, A. walkeri, CR), la rana marsupial (Cryptobatrachus boulengeri, EN), las ranas de lluvia (Pristimantis ruthveni, EN, P. sanctaemartae, NT, P. tayrona, NT) y la rana de tierra (Geobatrachus walkeri, EN).

Entre las plantas catalogadas como amenazadas se cuentan el pino colombiano (Podocarpus oleifolius, VU), pino hayuelo (Prumnopits montana, VU), piñuela (Greigia sanctae-martae, CR), quiches (Mezobromelia hospitalis, EN, Tllandsia caloura, VU), tusílago (Satureja andrei, VU) y curuba silvestre (Passiflora sierrae, VU). Aunque la mayor parte todavía no han sido evaluadas formalmente, es muy probable que casi todas las especies endémicas de flora mencionadas en el párrafo anterior estén amenazadas de extinción.

Es muy importante conocer y proteger estas especies. Conservarlas significa usualmente conservar su hábitat; si esto se logra hacer exitosamente, se pueden llegar a salvar centenares de otras especies de plantas y de animales que comparten su hogar con las especies amenazadas.

 

¿Cuál era la flora de los antiguos bosques?

Aguacatillo (Persea mutisii)
Aquí damos una muestra de las especies cuya presencia y abundancia indican bosques de edad avanzada. Entre sus árboles se encuentran varias de las mejores maderas de la región y muchas especies amenazadas. Para propagar estas especies hay que plantarlas en lugares donde se den dos condiciones: que haya sombra de otras plantas y que el suelo esté cubierto de hojarasca (no de pasto).

ÁRBOLES: Pino colombiano (Podocarpus oleifolius), pino hayuelo (Prumnopitys montana), mano de oso (Oreopanax fontqueranus), Paragynoxys undatifolia, granizo (Hedyosmum racemosum), gaque (Clusia multiflora), aguacatillo (Persea mutisii), susca (Ocotea calophylla), calabacillo (Meliosma martana), arrayán (Myrcianthes myrsinoides), cogote (Gordonia fruticosa), Ternstroemia camelliifolia, uné (Daphnopsis crispotomentosa). PALMOIDES: Palma de cera de la Sierra Nevada (Ceroxylon ceriferum), palmas (Chamaedorea linearis, Geonoma undata). ARBUSTOS: Habracanthus magdalenensis, Cybianthus iteoides, cafetos de monte (Palicourea abbreviata, P. angustifolia, P. demissa, P. purdiei). HIERBAS: Helechos (Arachniodes denticulata, Elaphoglossum, Lophosoria quadripinnata, Serpocaulon fraxinifolium), mano de león (Jungia calyculata), piñuela (Greigia sanctae-martae). EPÍFITAS: Helechos (Asplenium, Campynoleurum, Elaphoglossum, Niphidium, Pleopeltis macrocarpa, Serpocaulon levigatum), quiches (Mezobromelia hospitalis, Racinaea tetrantha, Tillandsia biflora, T. caloura, T. clavigera, T. complanata, T. denudata, T. fendleri, T. tovarensis, Vriesea tequendamae), orquídeas (Elleanthus, Epidendrum, Pachyphyllum, Stelis, Trichosalpinx), Peperomia hartwegiana.

 

¿Cuáles especies plantar?

Cucharo espadero (Myrsine coriacea)
Las especies de flora de bosque maduro mencionadas en el párrafo anterior suelen ser inadecuadas para la restauración de un terreno completamente abierto, pues, cuando son juveniles, no están equipadas para resistir una plena exposición al sol, al viento y a la lluvia. En cambio, hay una serie de especies de plantas pioneras muy bien adaptadas a la plena exposición y que crecen rápidamente. Éstas son las especies ideales para iniciar la restauración de un bosque variado y lleno de biodiversidad. Cuando ya son grandes (después de 20 años), se van estableciendo bajo su sombra especies más lentas, propias de una vegetación más madura. Entre las principales pioneras de la región se cuentan:

ÁRBOLES: Amarguero (Critoniopsis uniflosculosa), pauche (Montanoa josei), camargo (Verbesina tatei), cedrillo (Brunellia integrifolia), encenillo (Weinmannia pinnata), raque (Vallea stipularis), tíbar (Escallonia paniculata), laurel de cera (Morella pubescens), cedrillo (Phyllanthus salviifolius), cucharo (Myrsine coriacea), mortiño (Hesperomeles obtusifolia). PALMOIDES: Palmas bobas (Cyathea spp.). TREPADORAS: Pecosas (Bomarea colombiana, B. edulis), zumaque (Coriaria ruscifolia), zarcillejo (Fuchsia magdalenae), curubas (Passiflora semiciliosa, P. schlimiana, P. sierrae). ARBUSTOS: Garrocho (Viburnum tinoides), chilcos (Baccharis brachylaenoides, B. nitida, B. prunifolia), salvias silvestres (Salvia funckii, S. libanensis, S. sphacelioides), tusílago (Satureja andrei), angelitos (Monochaetum rotundifolium, M. uberrimum), tuno (Miconia insueta), trompeto (Bocconia frutescens), chusque (Chusquea purdieana), moras, zarzas (Rubus glaucus, R. megalococcus). HIERBAS: Mazorca de agua (Gunnera tayrona), mastranto azul (Hyptis purdiei).

Para cubrir barrancos resultan especialmente apropiados las palmas bobas (Cyathea spp.), chilcos (Baccharis brachylaenoides, B. nitida, B. prunifolia), encenillo (Weinmannia pinnata), uva camarona (Macleania rupestris), angelitos (Monochaetum rotundifolium, M. uberrimum), orquídeas (Elleanthus aurantiacus, Epidendrum secundum, Maxillaria gigantea) y chusque (Chusquea purdieana).

En cimas y laderas altas de montaña, donde el suelo es superficial y hay una gran exposición al viento, son particularmente apropiados el mulato (Ilex kunthiana), romero de páramo (Diplostephium rosmarinifolius), encenillo (Weinmannia pinnata), gaque (Clusia multiflora), pegamosco (Bejaria aestuans), uva camarona (Macleania rupestris), angelitos (Monochaetum rotundifolium, M. uberrimum), cucharo (Myrsine coriacea) y mortiños (Hesperomeles ferruginea, H. obtusifolia).

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