martes, 27 de noviembre de 2012

Restauración de la biodiversidad en Sopó - Avances del proceso

Una flora empobrecida

Eucaliptos, pasto, niebla - Una escena matutina de Sopó
Hace poco menos de 2 años que me encuentro viviendo en el municipio de Sopó, Cundinamarca. El sitio es una finca dedicada a la ganadería de producción lechera, en plena planicie de la Sabana de Bogotá. Desde que llegue aquí he aprendido mucho sobre estas zonas planas; he visto cuán distintos son su clima y sus suelos de los de las montañas de Subachoque, donde crecí. Aquí no hay tierra negra; sólo arcillas que se encharcan o se compactan, según llueva o haga sol. El fantasma de las sequías y las heladas suele estar presente, haciendo que uno considere con cuidado qué siembra y cuándo lo siembra. Otra cosa que me llama mucho la atención es la escasez de flora nativa. Mientras que los elevados cerros alrededor de la altiplanicie todavía están cubiertos por el denso manto de los bosques y matorrales nativos, con su variadísima colección de especies, formas, colores y texturas, las partes planas llevan siglos siendo cultivadas de forma muy intensa; prácticamente todos los bosques y matorrales nativos, considerados estorbos o “maleza” inútil, fueron erradicados. Con ellos desaparecieron las orquídeas, las bromelias y helechos, los arbustos y enredaderas de vistosas flores, las comunidades de hongos, casi todas las mariposas, las aves de marañas densas, los mamíferos nativos. Ahora quedan comunidades vegetales y animales de diversidad muy empobrecida, dominadas por plantas exóticas como el pasto kikuyo, los eucaliptos, pinos, cipreses y acacias.

Las primeras plantas nativas

Laurel de cera (Morella parvifolia)
Como no puedo vivir sin llenar mi espacio de plantas nativas, me he propuesto recuperar buena parte de la diversidad nativa de la finca; empezando con el pequeño terreno, encerrado por una tapia, que constituye el jardín de la casa. Cuando llegamos, este jardín, de aproximadamente 900 m2, tenía 9 grandes árboles (pino candelabro y dos especies de eucalipto) y una variedad de árboles frutales medio abandonados (ciruelo, durazno, peral, manzano, feijoa). Desde mi punto de vista, toda planta que ya llegó y está establecida, tiene derecho a existir (a menos que sea un estorbo o amenaza evidente para las actividades que se quieren emprender en el terreno). Desde este punto de vista, la restauración de la flora nativa no consiste en erradicar especies exóticas, como todas las mencionadas atrás. Más bien, consiste en plantar y plantar decenas de ejemplares de especies nativas alrededor de las exóticas, para que las complementen y añadan variedad al conjunto. Con Laura, mi novia, armamos un pequeño vivero y empezamos a buscar semillas y plántulas de toda clase de hierbas, arbustos, arbolitos y trepadoras en los cerros alrededor de Sopó. Así nos aseguramos de conseguir una gran variedad de plantas que los viveros comerciales no cultivan y además con genética silvestre y local. Para completar el conjunto de la flora, compramos en viveros comerciales algunos arbolitos de especies fáciles de adquirir allí y que fueron parte de los antiguos bosques de la altiplanicie: arrayán (Myrcianthes leucoxyla), corono (Xylosma spiculifera), laurel de cera de hoja pequeña (Morella parvifolia), espino (Duranta mutisii), cucharo (Myrsine guianensis). Todas estas plantas han sido plantadas en el terreno alrededor de la casa y van avanzando en su crecimiento.

Datos de biodiversidad

Chupahuevos (Echeveria bicolor)
Cuando llegamos a la casa, hace casi dos años, hice un listado de la vegetación que crecía en el jardín. Resultó un total de 34 especies de plantas vasculares (plantas con semilla y helechos); de estas especies, sólo 9 eran nativas. Entonces me propuse aumentar el número de especies nativas a más de 100. Hace unos pocos días volví a salir a repetir el ejercicio, contando todas las plantas que han crecido solas durante este período así como todas las que hemos plantado de nuestro vivero y de otros viveros. El resultado habla por sí solo: ahora crecen en el jardín 102 especies de plantas, de las cuales 59 son nativas. ¡Vamos avanzando en la recuperación de la biodiversidad! Ahora sigue la interesante labor de ver cómo se comportan todas estas especies con el clima y los suelos locales, cómo van formando una comunidad con las especies exóticas que las rodean, cómo empiezan a reproducirse por sí mismas y cómo atraen a nuevas especies de fauna. La tarea apenas comienza.

4 comentarios:

  1. las especies nativas lamentablemente no son tan vistosas como un bosque de eucaliptos por ejemplo pero entiendo tu interes y tambien lo comparto.
    lo grave aque es que muy pocos nos interesamos en plantar (cualquier especie)
    los que si lo hacemos muchas veces carecemos del conocimiento de suelos y especies para que esa reforestacion sea verdaderamente exitosa a mediano y largo plazo

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  2. las especies nativas lamentablemente no son tan vistosas como un bosque de eucaliptos por ejemplo pero entiendo tu interes y tambien lo comparto.
    lo grave aque es que muy pocos nos interesamos en plantar (cualquier especie)
    los que si lo hacemos muchas veces carecemos del conocimiento de suelos y especies para que esa reforestacion sea verdaderamente exitosa a mediano y largo plazo

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  3. Hola, tenemos un vivero en Sopo con plantas nativas y si quieres acceder a el están disponibles, sin costo, solo nos gustaría conocer tu experiencia y poder llevar pobladores de la zona a que visiten tu predio... dime que cuentas al correo electronico laom_3@hotmail.com

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