martes, 8 de abril de 2014

Una guía para restaurar los ecosistemas de Colombia – La región central de Antioquia: zonas altas

Potreros, cultivos y bosques - Sonsón - M. Agudelo - 2007
Con este artículo continuamos con la serie sobre especies características de cada región de Colombia, que señala cuáles son las que deben ser conservadas en forma prioritaria y cuáles son las más aptas para emprender procesos de restauración ecológica.

Si usted es un propietario de una finca o un conservacionista que quiere emprender un proyecto de restauración de los bosques y de la fauna silvestre, es un buen punto iniciar conociendo su área. Antes de restaurar algo, hay que preguntarse: ¿Cómo eran los antiguos ecosistemas que había en esta región? ¿Qué especies de plantas y animales vivían aquí? ¿Cuáles siguen existiendo todavía? ¿Cuáles son las especies endémicas (exclusivas) de la región? ¿Cuáles especies están más amenazadas de extinción? Si voy a iniciar la creación de corredores de bosque en un terreno completamente despejado ¿cuáles son las especies de flora más adecuadas que debería plantar?

Colombia es un país tan variado que la respuesta a cada una de estas preguntas es diferente dependiendo de la región.

 

Las zonas altas del centro de Antioquia

Amarrabollo (Meriania nobilis)
El área a la que aquí nos referimos comprende las zonas altas del norte de la cordillera Central, en un rango de elevación que abarca entre 2500 y 3200 metros sobre el nivel del mar. Ésta es una región montañosa, con topografías que van desde suaves en las zonas de altiplanos, hasta abruptas en las laderas más empinadas. El clima va de húmedo a muy húmedo e incluso hay zonas que llegan a ser clasificadas como pluviales (precipitaciones de más de 4000 mm al año). Originalmente, toda la región estaba cubierta por espesos bosques. En los últimos 400 años se inició un proceso muy activo de colonización del área, marcado por la “cultura del desmonte”, que ha transformado áreas muy extensas en potreros. Restos de los últimos bosques todavía sobreviven como parches aislados, como franjas en la parte alta de las montañas y en las vertientes más abruptas, como árboles solitarios en la mitad de áreas deforestadas. Tenemos una última oportunidad de salvar algunos de estos restos antes de que, como todo lo demás, sean desmontados. Una red de pequeñas reservas naturales, incluyendo fincas privadas que cuiden y amplíen los bosques nativos existentes, puede ayudar a conservar miles de especies de plantas y de pequeños animales, muchos de ellos únicos en el mundo, que, de otro modo, se perderían para siempre en los años que vienen. Y no sólo se trata de cuidar lo que queda. Antioquia puede ser uno de los mejores sitios en todo el país para hacer ensayos de restauración ecológica, para crear de nuevo bosques nativos en áreas donde estos se necesitan y ya no existen, para volver a conectar los territorios con corredores biológicos que sirvan de rutas a su riquísima biodiversidad.

 

Biodiversidad

Epidendrum fimbriatum
La biodiversidad de las esta región es elevada. Se puede estimar la presencia de unas 60 especies de mamíferos silvestres, 270 especies de aves, 20 especies de reptiles, 30 especies de anfibios, 10 especies de peces y unas 2000 especies de plantas vasculares (plantas con semilla y helechos). A modo de comparación, Noruega, que cubre un área 175 veces mayor que las zonas altas del centro de Antioquia, tiene registros de unas 90 especies de mamíferos, 470 especies de aves, 5 especies de reptiles, 5 especies de anfibios y 1300 especies de plantas vasculares nativas.

 

Endemismo

Muchas especies de plantas y animales viven sólo en la región central de Antioquia y no se encuentran en ningún otro lado del mundo. Éstas son las especies prioritarias para la conservación. Si la gente de la región no las cuida ¿quién más en el mundo podrá hacerlo? Las especies endémicas exclusivas o casi exclusivas de estas vertientes incluyen las siguientes: entre los mamíferos, la musaraña (Cryptotis colombiana); entre las aves, el tororoi de Miller (Grallaria milleri gilesi – posiblemente extinto) y el gorrión montés de Antioquia (Atlapetes blancae – posiblemente extinto); entre los reptiles, la serpiente ciega o marranera (Atractus lasallei); entre los anfibios, los sapitos arlequín (Atelopus nicefori, A. sernai), los sapos picudos (Rhinella macrorhina, R. nicefori, R. ruizi), la rana de cristal (Centrolene robledoi), la rana marsupial (Gastrotheca dunni), la rana de pies pequeños (Atopophrynus syntomopus), las ranas de lluvia (Hypodactylus latens, Pristimantis dorsopictus, P. lemur, P. maculosus, P. paisa, P. parectatus, P. piceus, P. scoloblepharus, P. suetus) y la salamandra (Bolitoglossa vallecula).

En las zonas altas de esta región se tienen registros de 58 especies de plantas endémicas exclusivas o casi exclusivas. Estas especies son el helecho Lellingeria militaris, la apiácea Niphogeton killipiana, la arácea Chlorospatha antioquiensis, algunos cardos o bromelias (Guzmania danielii, Pitcairnia farinosa, P. lindae, P. ventidirecta), los cardones (Puya ochroleuca, Puya roldanii), la ciperácea Eleocharis cuatrecasasii, el cardito (Paepalanthus barkleyi), el romero de monte (Diplostephium antioquense), otras asteráceas (Badilloa sonsonensis, Mikania lehmannii, Paragynoxys corei, Pentacalia tomasiana), los cedrillos (Brunellia amayensis, B. boqueronensis), varias campánuláceas (Centropogon arachnocalyx, C. lianeus, C. vittariaefolius, C. yarumalensis), el “caimo” (Licania cabrerae), el chagualo o gaque (Clusia chusqueae), el uvito de monte (Cavendishia longirachis), el chocho (Lupinus fratrum), la hoja de pantano (Gunnera antioquensis), la suelda, matapalo o pajarito (Tripodanthus belmirensis), el amarrabollo (Meriania antioquiensis), el nigüito (Miconia rhodantha), muchas orquídeas (Acronia canidentis, A. supervacanea, Ancipitia tetragona, Crocodeilanthe gigas, C. rictoria, Elleanthus cinnabarinus, Epidendrum amayense, E. envigadoense, E. modestissimum, E. pachoi, Lepanthes aduncata, L. debilis, L. gutula-sanguinis, L. ligiae, L. pilosiaures, L. reticulata, L. skeleton, Masdevallia anisomorpha, Pleurothallis chuscalica, P. hemisphaerica, P. notabilis, P. tanyrhina, P. tuzae, Trichosalpinx vagans, T. webbiae), el rústico (Monnina dugandiana), el ojo de pava (Prunus antioquensis) y el aguadulce o cafeto de monte (Palicourea danielis).

Es notoria la afinidad que tiene la fauna y flora de esta región con la de los remotos bosques nubosos de la cordillera Occidental. Varias especies endémicas del país son compartidas por la cordillera Central de Antioquia y la cordillera Occidental. Entre estas especies podemos destacar las siguientes: entre los mamíferos, la musaraña (Cryptotis medellinia) y el ratón silvestre (Thomasomys popayanus); entre los reptiles, la lagartija (Anolis mariarum); entre los anfibios, la rana saltona (Colostethus fraterdanieli) y las ranas de lluvia (Pristimantis erythropleura, P. permixtus); entre las plantas vasculares, el freilejón (Espeletia occidentalis), la piñuela (Greigia danielii), la begonia silvestre (Begonia antioquensis), los “guásimos” (Cordia barbata, C. rubescens), el cedrillo (Brunellia trianae), la campánulacea Centropogon carnosus, los uvitos de monte (Psammisia citrina, Satyria arborea), el tabaquillo (Macrocarpaea callejasii), las gencianáceas Symbolanthus gaultherioides, S. pterocalyx, la suelda, matapalo o pajarito (Ixocactus rhynchophyllus), el gallinazo morado o almanegra (Magnolia yarumalensis), el nigüito (Miconia antioquiensis), el higuerón (Ficus danielis), varias orquídeas (Acronia fugax, A. nox-media, Cyrtochilum dipterum, Lepanthes tibouchinicola, Masdevallia heteroptera, M. macrura, M. sanctae-rosae, Odontoglossum mirandum, O. praenitens, Pleurothallis pulvinaris, Stelis cochlearis) y el huesito (Geissanthus betancurii).

Otras endémicas interesantes, con un área de distribución que se extiende por otras regiones del país, son: entre los mamíferos, la ardilla (Sciurus pucheranii) y la rata de los chusques (Olallamys albicauda); entre las aves, el cacique candela (Hypopyrrhus pyrohypogaster); entre los reptiles, la lagartija (Riama striata); entre las plantas vasculares, los corozos (Aiphanes concinna, A. linearis), el chilco negro (Ageratina popayanensis), los uvitos de monte (Cavendishia guatapeensis, C. nitida), el simploco (Symplocos mucronata), el té de Bogotá (Symplocos theiformis) y Citharexylum sulcatum.

 

¿Cuáles son las especies más amenazadas?

Puma o "león" (Puma concolor, NT) - T. Shears - 2009
En el área hay 9 especies de mamíferos que han sido catalogados como amenazados. Estos son el armadillo cola de trapo (Cabassous centralis, NT), mico de noche (Aotus lemurinus, VU), nutria (Lontra longicaudis, VU), oso de anteojos (Tremarctos ornatus, VU), tigrillos (Leopardus pardalis, NT, L. tigrinus, VU), puma o “león” (Puma concolor, NT), guagua loba (Dinomys branickii, VU) y guagua de páramo (Cuniculus taczanowskii, NT).

Entre las aves se cuentan las siguientes especies amenazadas: loro orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis, EN), colibrí calzoncitos (Eriocnemis derbyi, NT), tororoi rufocenizo (Grallaria rufocinerea, VU), tororoi cabecirrufo (Grallaricula cucullata, VU), pibí boreal (Contopus cooperi, VU), saltador chusquero (Saltator cinctus, NT) y cacique candela (Hypopyrrhus pyrohypogaster, EN).

Entre los anfibios amenazados están los sapitos arlequín (Atelopus nicefori, CR, A. sernai, CR), sapos cornudos (Rhinella macrorhina, EN, R. nicefori, EN), ranas de cristal (Centrolene buckleyi, VU, C. robledoi, VU), rana arborícola (Hyloscirtus larinopygion, NT), rana de pies pequeños (Atopophrynus syntomopus, CR) y ranas de lluvia (Hypodactylus latens, EN, Pristimantis dorsopictus, EN, P. maculosus, EN, P. lemur, EN, P. parectatus, EN, P. scoloblepharus, EN, P. suetus, EN).

La cacería y las transformaciones extremas de los hábitats (sobre todo por deforestación) han exterminado por completo varias especies que solían habitar las montañas altas de Antioquia. En la pasada era de hielo se encontraban en esta región, al igual que en otras partes de Colombia, gonfoterios o “mastodontes” (una especie de “elefantes” nativos), de los cuales hay reportes de fósiles. En tiempos históricos han desaparecido el “tigre” o jaguar (Panthera onca centralis, VU), el churuco (Lagothrix lugens, CR), el tororoi de Miller (Grallaria milleri gilesi, CR) y el gorrión montés de Antioquia (Atlapetes blancae, CR). Otros animales, como la danta de páramo (Tapirus pinchaque, EN), el cóndor de los Andes (Vultur gryphus, EN) y el águila crestada (Spizaetus isidori, VU) pudieron haber habitado esta región en el pasado, pero, si fue así, fueron exterminados antes de que se pudieran lograr registros sólidos de su presencia.

Entre las plantas amenazadas destacan algunos árboles maderables como el chaquiro (Podocarpus oleifolius, VU), diomate de tierra fría (Prumnopitys montana, VU), “caimo” (Licania cabrerae, CR), roble (Quercus humboldtii, VU), cedro negro (Juglans neotropica, EN), gallinazo morado o almanegra (Magnolia yarumalensis, EN) y cedro de tierra fría (Cedrela montana, VU).

Otras especies de flora amenazada incluyen la palma de cera del Quindío (Ceroxylon quindiuense, EN), el frailejón (Espeletia occidentalis, NT), los cardos (Guzmania danielii, NT, Pitcairnia lindae, CR), la piñuela (Greigia danielii, NT), los cardones (Puya ochroleuca, EN, Puya roldanii, EN), la salvia silvestre (Salvia pauciserrata, VU) y varias orquídeas (Cyrtochilum dipterum, VU, Masdevallia anisomorpha, EN, M. fasciata, EN, M. heteroptera, VU, M. macrura, EN, M. sanctae-rosae, VU, Odontoglossum mirandum, VU, O. praenitens, VU).

Además de estas plantas que han sido formalmente categorizadas como amenazadas, debe haber muchas otras especies en riesgo, especialmente las endémicas exclusivas de la región mencionadas en la sección anterior.

Es muy importante conocer y proteger estas especies. Conservarlas significa usualmente conservar su hábitat; si esto se logra hacer exitosamente, se pueden llegar a salvar centenares de otras especies de plantas y de animales que comparten su hogar con las especies amenazadas.

 

¿Cuál era la flora de los antiguos bosques?

Cedro de clima frío (Cedrela montana)
Aquí damos una muestra de las especies cuya presencia y abundancia indican bosques de edad avanzada. Entre sus árboles se encuentran varias de las mejores maderas de la región y muchas especies amenazadas. Para propagar estas especies hay que plantarlas en lugares donde se den dos condiciones: que haya sombra de otras plantas y que el suelo esté cubierto de hojarasca (no de pasto).

ÁRBOLES: Chaquiro (Podocarpus oleifolius), diomate de tierra fría (Prumnopitys montana), cardenillo (Ilex laurina), pategallinas (Schefflera bogotensis, S. quinduensis, S. trianae), chagualos (Chrysochlamys colombiana, Clusia alata, C. brachycarpa, C. colombiana, C. cuneifolia, C. discolor, C. ducu, C. ducuoides, C. elliptica, C. hydrogera, C. mamillata, C. multiflora, C. trochiformis), roble (Quercus humboldtii), cedro negro (Juglans neotropica), laureles (Aiouea dubia, Beilschmiedia latifolia, Nectandra laurel, Ocotea leucoxylon, O. sericea, O. smithiana, Persea chrysophylla, P. ferruginea, P. mutisii), gallinazo morado o almanegra (Magnolia yarumalensis), tunos rosos (Axinaea macrophylla, A. scutigera, Centronia brachycera), cedro de clima frío (Cedrela montana), cedro macho (Guarea kunthiana), arrayán (Myrcianthes myrsinoides), candelos (Hieronyma antioquensis, H. huilensis), yolombóes (Panopsis metcalfii, P. polystachya, P. yolombo), carnefiambre (Roupala monosperma), ojos de pava (Prunus integrifolia, P. muris), manzano (Billia rosea), estoraque (Styrax pavonii), cogote (Gordonia fruticosa), guasco (Daphnopsis caracasana), canelo de páramo (Drimys granadensis). PALMOIDES: Palmas de cera, palmas de ramo (Ceroxylon parvifrons, C. quindiuense, C. vogelianum), palmilla (Geonoma orbignyana), palmicho (Geonoma undata), corozos (Aiphanes concinna, A. linearis), palmicha (Chamaedorea linearis), molinillo (Chamaedorea pinnatifrons). TREPADORAS: Helechos (Blechnum fragile, Serpocaulon levigatum), uvito de monte (Thibaudia floribunda), calzón de búho (Kohleria tigridia), cuculmeca (Smilax domingensis), amarra corral (Smilax tomentosa), valerianas (Valeriana
Gota de sangre (Columnea dimidiata)
clematitis, V. crassifolia
). ARBUSTOS: Uñas de gato, acantos (Aphelandra blandii, A. runcinata), saucos de monte (Viburnum antioquiense, V. axillare, V. toronis, V. undulatum), ojo de pava (Prunus antioquensis), aguadulces (Palicourea angustifolia, P. cogolloi, P. danielis, P. garciae, P. zarucchii), limones de monte, limoncillos (Siparuna echinata, S. laurifolia). HIERBAS: Helechos (Asplenium spp., Blechnum cordatum, B. occidentale, Diplazium spp., Dryopteris wallichiana, Elaphoglossum spp., Lophosoria quadripinnata, Serpocaulon fraxinifolium, etc.), anturios (Anthurium bogotense, A. caramantae, A. caucanum, A. cupreum, A. longegeniculatum, A. microspadix, A. nigrescens, A. oxybelium, A. scandens, A. soejartoi, A. stipitatum, A. yarumalense), piñuela (Greigia danielii), gota de sangre (Columnea dimidiata), pico de loro (Columnea strigosa), otras gesneriáceas (Columnea filipes, C. purpurata), orquídeas terrestres (Cranichis ciliata, C. diphylla, C. wageneri, Cyclopogon elatus, Gomphichis hetaerioides, G. scaposa, Prescottia stachyodes), Peperomia spp., Pilea spp. EPÍFITAS: Helechos (Asplenium spp., Campyloneurum amphostenon, C. densifolium, Elaphoglossum spp., Niphidium crassifolium, Pecluma divaricata, P. eurybasis, P. ptilota, Pleopeltis buchtienii, P. macrocarpa, P. remota, Serpocaulon funckii, S. levigatum, S. semipinnatifidum, S. sessilifolium, S, triseriale), cardos (Guzmania coriostachya, G. danielii, G. diffusa, G. gracilior, G. mitis, G. multiflora, G. pearcei, G. squarrosa, G. triangularis, Racinaea adpressa, R. penlandii, R. riocreuxii, R. ropalocarpa, R. spiculosa, R. steyermarkii, R. subalata, R. tetrantha, Tillandsia archeri, T. biflora, T. compacta, T. complanata, T. conifinis, T. fendleri, T. tovarensis, Vriesea pereziana, V. rubrobracteata, V. tequendamae, Werauhia umbrosa), Sphyrospermum cordifolium, orquídeas (Acronia, Ancipitia, Crocodeilanthe, Cyrtochilum, Epidendrum, Fernandezia, Lepanthes, Masdevallia, Maxillaria, Odontoglossum, Oncidium, Platystele, Pleurothallis, Stelis, Trichosalpinx, etc.), Peperomia spp.

 

¿Cuáles especies plantar?

Olivo de cera (Morella parvifolia)
Las especies de flora de bosque maduro mencionadas en el párrafo anterior suelen ser inadecuadas para la restauración de un terreno completamente abierto, pues, cuando son juveniles, no están adaptadas a resistir una plena exposición al sol, al viento y a la lluvia. En cambio, hay una serie de especies de plantas pioneras muy bien adaptadas a la plena exposición y que crecen rápidamente. Éstas son las especies ideales para iniciar la restauración de un bosque variado y lleno de biodiversidad. Cuando ya son grandes (después de 20 años), se van estableciendo bajo su sombra especies más lentas, propias de una vegetación más madura. 

Entre las principales pioneras de la región se cuentan:
ÁRBOLES: Dulomocos (Saurauia stapfiana, S. ursina), aliso (Alnus acuminata), guásimos (Cordia barbata, C. cylindrostachya, Tournefortia fuliginosa, T. scabrida), cedrillos (Brunellia amayensis, B. boqueronensis, B. occidentalis, B. sibundoya, B. subsessilis, B. trianae), chiriguacos (Clethra fagifolia, C. revoluta), encenillos (Weinmannia balbisiana, W. pubescens, W. rollottii), raque (Vallea stipularis), chilco colorado (Escallonia paniculata), rodamonte (Escallonia myrtilloides), drago (Croton magdalenensis), guamo de tierra fría (Inga villosissima), carates, punta de lanzas (Vismia baccifera, V. guianensis, V. laevis), amarrabollos (Meriania antioquensis, M. nobilis, M. tuberculata), sietecueros (Tibouchina lepidota), olivos de cera (Morella parvifolia, M. pubescens), espadero (Myrsine coriacea), cabo de hacha (Rhamnus sphaerosperma), quina (Cinchona pubescens), chirlobirlo (Abatia parviflora), quimula (Citharexylum subflavescens). PALMOIDES: Helechos sarros (Alsophila engelii, Cyathea caracasana, C. conjugata, C. frigida, C. fulva, C. maxonii, C. meridensis, C. suprastrigosa, C. tryonorum, Dicksonia sellowiana). TREPADORAS: Cortapicos o petacas (Bomarea bredemeyerana, B. carderi, B. multiflora, B. patinii, B. setacea), zumaque (Coriaria ruscifolia), zarcillejos, fucsias de monte (Fuchsia hartwegii, F. petiolaris, F. venusta), curubos, granadillas de monte (Passiflora alnifolia, P. antioquiensis, P. chelidonea, P. cumbalensis, P. cuspidifolia, P. mixta, P. tarminiana, P. tripartita), moras, zarzas (Rubus bogotensis, R. boliviensis, R. compactus, R. glaucus, R. guyanensis, R. megalococcus, R. nubigenus, R. porphyromallos, R. robustus, R. roseus). ARBUSTOS: Chilco negro (Ageratina popayanensis), otros chilcos (Ageratina tinifolia, Baccharis brachylaenoides, B. latifolia, B. tricuneata), botón de oro (Erato vulcanica), tabaquillo (Macrocarpaea macrophylla), salvielugos (Lepechinia bullata, L. schiedeana), nigüitos (Miconia asperrima, M. cladonia, M. elaeoides, M. jahnii, M. lehmannii, M. ligustrina, M. multiplinervia, M. myrtillifolia, M. quintuplinervia, M. resima, M. rhodantha, M. stipularis, M. theizans, M. wurdackii), angelito (Monochaetum strigosum), sietecueros (Tibouchina mollis), sietecueros rojo (Tibouchina grossa), trompeto (Bocconia frutescens), cordoncillos (Piper artanthe, P. lanciifolium, P. montanum), chusques (Chusquea latifolia, Ch. londoniae), tintos, cenizos (Cestrum ochraceum, C. tomentosum), borrachero (Datura x candida), frutillos, tomates de monte (Solanum deflexiflorum, S. oblongifolium, S. ovalifolium, S. scorpioideum), zanca de mula (Boehmeria caudata), aguapante (Duranta mutisii).

Fuchsia petiolaris
También resultan adecuados para plantar en una zona abierta los saucos de monte (Viburnum antioquiense, V. axillare, V. toronis, V. undulatum), mano de osos (Oreopanax capitatus, O. confusus, O. glabrifolius, O. incisus), silbo-silbos (Hedyosmum bonplandianum, H. cumbalense, H. goudotianum, H. racemosum), nadador (Sapium stylare), chocho azul (Abarema lehmannii), roble (Quercus humboldtii), higuerones (Ficus danielis, F. gigantosyce), lechudo (Morus insignis), mantequillo (Turpinia occidentalis) y frutas de pava (Symplocos lehmannii, S. mucronata),

En cimas rocosas, con suelo superficial, prospera un conjunto particular de especies, muy bien adaptadas a una plena exposición al viento, al sol y a la resequedad que estos producen. Estas especies son: mulato (Ilex kunthiana), cardenillo (Ilex nervosa), pategallinas (Schefflera bogotensis, S. trianae), chilco (Baccharis tricuneata), romero de monte (Diplostephium rosmarinifolius), chagualo (Clusia multiflora), encenillos (Weinmannia balbisiana, W. pubescens, W. rollottii), carboneros (Bejaria aestuans, B. resinosa), uvitos de monte (Cavendishia bracteata, C. callista, C. guatapeensis, C. nitida, C. pubescens), reventaderas o mortiños venenosos (Gaultheria anastomosans, G. buxifolia, G. erecta, Pernettya prostrata), cacagüitos (Macleania antioquiae, M. rupestris), mortiños (Vaccinium corymbodendron, V. floribundum), otras ericáceas (Disterigma acuminatum, D. alaternoides, D. empetrifolium, Gaylussacia buxifolia), carates o punta de lanzas (Vismia baccifera, V. guianensis), platero (Gaiadendron punctatum), olivos de cera (Morella parvifolia, M. pubescens), Myrteola nummularia, Ugni myricoides, trompo (Ternstroemia meridionalis), espadero (Myrsine coriacea), cabo de hacha (Rhamnus goudotiana), mote (Hesperomeles obtusifolia), azuceno (Ladenbergia macrocarpa) y té de Bogotá (Symplocos theiformis).

Mortiño venenoso (Pernettya prostrata)
Para repoblar barrancos con vegetación protectora, resultan especialmente adecuadas las siguientes especies: chilco negro (Ageratina popayanensis), otros chilcos (Baccharis brachylaenoides, B. latifolia), cedrillos (Brunellia amayensis, B. boqueronensis, B. occidentalis, B. sibundoya, B. subsessilis, B. trianae), chiriguacos (Clethra fagifolia, C. revoluta), encenillos (Weinmannia balbisiana, W. pubescens, W. rollottii), uvitos de monte (Cavendishia bracteata, C. callista, C. guatapeensis, C. nitida, C. pubescens), reventaderas o mortiños venenosos (Gaultheria anastomosans, G. buxifolia, G. erecta, Pernettya prostrata), cacagüito (Macleania rupestris), mortiños (Vaccinium corymbodendron, V. floribundum), otras ericáceas (Disterigma acuminatum, D. alaternoides, D. empetrifolium), nigüitos (Miconia resima, M. spp.), angelito (Monochaetum strigosum), olivos de cera (Morella parvifolia, M. pubescens), “cerezo” (Freziera chrysophylla), chusques (Chusquea latifolia, Ch. londoniae), el helecho Lophosoria quadripinnata y diversas especies de helechos sarros (Cyathea spp.)

NOTA: Mi amigo Juan Lázaro Toro me cuenta que Corantioquia está propagando varias de las especies arriba mencionadas y que se pueden conseguir en el vivero de Piedras Blancas. Más información sobre el listado del vivero aquí

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