Ciudades que crecen, aves que se adaptan
Espatulilla (Todirostrum cinereum) - D. Sanches - 2006 |
Las cifras de aves urbanas
Pato careto o barraquete (Anas discors) - D. Daniels - 2010 |
Para Bogotá, se han mencionado registros de algo más de 150 especies; para Medellín, alrededor de 200 especies; y para Cali, más de 250 especies.
Sin embargo, estas cifras hay que tomarlas con cuidado, pues a menudo incluyen no sólo aves registradas en los ambientes estrictamente urbanos, sino también incluyen aves de ambientes rurales vecinos a las ciudades, aves que, aunque han mostrado su capacidad de adaptación a ambientes cercanos a los grandes centros de población, no pueden ser aún consideradas estrictamente urbanas.
Aquí consideramos “ave urbana” a toda especie que, en forma regular u ocasional, como residente o como visitante o migratoria, ha sido registrada en varias ocasiones utilizando los hábitats artificiales o (semi) naturales presentes dentro del área urbana de las ciudades principales. No se incluyen las especies presentes exclusivamente en las áreas rurales de los municipios que conforman estas ciudades.
Como “ciudades principales” entendemos aquí las ciudades colombianas con más de 400.000 habitantes: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Cúcuta, Pereira, Bucaramanga, Ibagué, Pasto, Santa Marta, Villavicencio, etc.
Diferentes ambientes para las aves
Copetón o pinche (Zonotrichia capensis) - D. Sanches - 2007 |
Áreas duras
Poquísimas especies de aves se adaptan a vivir en las áreas duras de la ciudad. Entre estas aves podemos mencionar al gallinazo o chulo (Coragyps atratus) y la guala (Cathartes aura), que se alimentan de basura y carroña; a la comunísima paloma doméstica (Columba livia); a la lechuza (Tyto alba), cazadora de ratas y ratones; y a una gran variedad de golondrinas, que se alimentan capturando insectos en el aire.
Áreas verdes más pequeñas y aisladas (jardines, etc.)
Sólo un porcentaje pequeño de las especies de aves urbanas (quizás cercano al 20%) usan en forma regular las áreas verdes más pequeñas y aisladas (jardines y antejardines, terrazas, glorietas, separadores de vías). Algunas de estas especies, por su cercanía a las viviendas humanas, son las aves más conocidas por los colombianos: tortolitas o abuelitas (Columbina spp.), torcaza (Zenaida auriculata), periquitos (Eupsittula pertinax, Forpus conspicillatus, Brotogeris jugularis), colibríes (Colibri coruscans, Anthracothorax nigricollis, Chlorostilbon gibsoni, Amazilia tzacatl), bichofué o cristo-rey (Pitangus sulphuratus), sirirí (Tyrannus melancholicus), cucarachero (Troglodytes aedon), mirla embarradora o mayo (Turdus ignobilis), azulejos (Thraupis episcopus, Thraupis palmarum) y pinche o copetón (Zonotrichia capensis).
Entre septiembre y abril, una variedad de aves migratorias aparecen en estas áreas verdes menores: atrapamoscas (Contopus, Empidonax), verderones (Vireo), buchipecosas (Catharus), cardenales o pirangas (Piranga) y reinitas (Parulidae). La mayor parte de estas especies migratorias usa estos reducidos hábitats sólo para descansar y alimentarse. A los pocos días, luego de reponer fuerzas, parten a sitios más amplios y adecuados para pasar la temporada invernal.
Áreas verdes más grandes y aisladas (parques)
Guacamaya (Ara severus) - D. Daniels |
Áreas verdes más conectadas, con vegetación nativa
Las aves más raras y especiales asociadas a las ciudades son aquellas que dependen de hábitats conectados y con vegetación nativa para sobrevivir. Estas especies, muchas de ellas habitantes de la espesa vegetación y pobres voladoras, sobreviven en las ciudades sólo cuando se conservan corredores de vegetación natural a lo largo de las quebradas, ríos, humedales y bordes urbanos y se mantiene la conectividad de estas zonas con áreas rurales con vegetación nativa más extensa.
Este es un grupo de aves importante: un gran porcentaje de las aves urbanas de Colombia son exclusivas de estos hábitats más naturales y conectados. Y aquí es donde se alojan la mayor parte de las especies endémicas y amenazadas presentes en las ciudades, aquellas que tienen prioridad para su conservación. Ejemplos de aves urbanas de gran interés incluyen guacharacas (Ortalis columbiana) en el barrio El Poblado en Medellín. Tingua bogotana (Rallus semiplumbeus) y chirriador (Cistothorus apolinari) en los humedales de Bogotá. Y pava hedionda (Opisthocomus hoazin) en los humedales de Villavicencio.
Especies aisladas
La rápida urbanización de las ciudades puede dejar “atrapadas” algunas especies con poca capacidad de desplazamiento en áreas verdes aisladas en medio de la ciudad. Como ejemplos, podemos mencionar los cucaracheros (Troglodytes aedon) que habitan en el Jardín Botánico de Bogotá. O las perdices (Colinus cristatus) del campus de la Universidad del Magdalena, en Santa Marta. Estas poblaciones pequeñas y aisladas pueden resultar particularmente vulnerables a la extinción en el largo plazo.
Recomendaciones para la conservación
Tucancito (Aulacorhynchus prasinus) - B. Gratwicke - 2008 |
Para seguir incrementando la importancia de las ciudades como refugios para las aves son esenciales: 1) Una adecuada planeación y gestión urbana. 2) Reservar suficientes áreas como parques y áreas verdes urbanas. 3) Conservar, como reservas naturales urbanas, restos de hábitats naturales (bosques, matorrales, humedales, etc.) que se encuentren en cada ciudad y sus alrededores inmediatos. 4) Establecer como corredores biológicos las rondas de las quebradas y ríos y los bordes urbanos, permitiendo que áreas verdes aisladas dentro de la ciudad se conecten con áreas verdes más extensas fuera de ella. 5) Plantar especies de flora atractivas para las aves, con énfasis en especies nativas.