La palma junto al muro |
Año tras año, la palma fue creciendo a su ritmo tranquilo. Durante varios años fue produciendo hojas cada vez mayores y engrosando su base; pero aún no había señales de un tronco que levantara el penacho de hojas del suelo.
Mientras la palma iba creciendo, Camilo terminó enterándose por medio de su vecino biólogo Germán Andrade que se trataba de un ejemplar de la rara y amenazada palma de cera de Sasaima (Ceroxylon sasaimae), especie que existe sólo en las cordilleras de Colombia, descrita apenas en el año de 1995 y cuya población total en el mundo podría ser de apenas unos pocos centenares de palmas adultas.
La descripción
Las hojas despelucadas tan típicas de esta especie |
En el año 1995, Gloria Galeano, describió oficialmente a la Ceroxylon sasaimae. En el artículo donde la describe, se menciona cómo los últimos relictos de bosque del área donde fue encontrada “fueron derribados hace poco más de 60 años”; y que la palma de cera de Sasaima es una de las pocas especies sobrevivientes, junto con Ceroxylon alpinum, de la vegetación nativa del área. También se dice que en el lugar, el único donde se conocía la especie en ese momento, la población de palmas adultas posiblemente estuviera compuesta por poco más de 100 ejemplares adultos.
Con la descripción oficial de la palma de cera de Sasaima, se elevó a 7 el número de especies de palmas de cera conocidas para Colombia y a 13 el número de especies de palma de cera conocidas en los Andes de Sudamérica, su único hábitat en el planeta.
Más palmas de Sasaima
Con el pasar de los años, la palma de cera de Sasaima ha demostrado no ser sólo de Sasaima. En el municipio de Suaita, en Santander, crecen algunas pocas palmas de esta especie, quizás cultivadas. En el año 2011 fue descubierta una población de estas palmas en bosques del municipio de San Luis, Antioquia. En años más recientes, se ha encontrado otra población en los alrededores de Campamento, también en Antioquia. En la región de Cundinamarca, recorridos de diversos botánicos, incluyéndome a mí mismo, han permitido encontrar poblaciones de esta palma en más municipios de la vertiente occidental de Cundinamarca, como Guaduas, Villeta, Caparrapí, La Vega, San Francisco, Supatá, Pacho y Villagómez.
¿Un sexo? ¿O dos?
Por la experiencia que tiene Camilo con la especie y su convivencia cercana con el ejemplar que crece junto al muro, es posible calcular su edad. Cuando llegó Camilo al terreno, la palma tenía ya unos 10-12 años. Cuando tenía una edad estimada de 25 años la palma ya era alta y floreció por vez primera. Ahora, 40 a 45 años luego de haber germinado de una semilla, la palma de La Playita es hoy completamente adulta, de unos 15-17 m de altura, con un penacho de hojas despelucadas, levantado sobre un tronco cubierto de cera blanquecina, típico del género Ceroxylon.
Algo muy interesante es que, a diferencia de la gran mayoría de plantas, que son hermafroditas, las palmas de cera normalmente tienen los sexos separados en individuos distintos. Es decir, algunas palmas son hembras y otras son machos. Las palmas de cera de Sasaima que Camilo ha encontrado en distintos lugares en campo se atienen a esta regla general. Sin embargo, parece que también puede haber excepciones. Y una de ellas es, curiosamente, la primera palma de cera de la que estamos hablando para La Playita. Este ejemplar produce siempre inflorescencias masculinas, que sólo dan polen. Y al mismo tiempo, inflorescencias femeninas, que terminan desarrollando frutos.
Se queda uno pensando qué circunstancias harán que esta palma particular presente los dos sexos. Podría uno especular que, siendo la única palma presente en cientos de metros a la redonda, pudo haber desarrollado características hermafroditas para asegurar la polinización y poder producir semillas fértiles, aunque no hubiera ningún otro ejemplar alrededor. Pero es sólo una especulación… quizás investigaciones más detalladas nos revelen en algún momento por qué algunas palmas de cera excepcionales “deciden” cambiar de sexo o pueden presentar los dos sexos simultáneamente.
La multiplicación de las palmas
Tucancito (Aulacorhynchus haepatopygus) - A. Bayer - 2017 |
Algunas palmas también se han quedado en el terreno. Al lado de la palma del muro crecen ahora otros dos ejemplares, hijos de ella, que se han convertido recientemente en adultos, uno de ellos hembra, el otro macho. Además, otras 15 palmas están ya levantando sus troncos en varios sectores del terreno. Y cientos de plántulas y ejemplares juveniles aún sin tronco pueden verse ahora naciendo por todas partes.
Como consumidores de los frutos de palma, Camilo ha observado a murciélagos frugívoros. Además de otros mamíferos como la fara o chucha (Didelphis marsupialis) y ardilla (Sciurus granatensis). Y aves como el yátaro o tucancito (Aulacorhynchus haematopygus) y cardenal pico de plata (Ramphocelus dimidiatus).
Una reserva de biodiversidad
Carmo o guatín (Dasyprocta) |
A nivel mundial la hectárea y pico de La Playita está protegiendo esta magnífica palma, asegurando una fuente de semillas para su propagación. También está conservando otras plantas espectaculares como el platanillo endémico Heliconia estiletioides. En las caracterizaciones de biodiversidad que he hecho en La Playita, hemos encontrado más de 300 especies de plantas vasculares; cerca de 70 especies de aves (estimamos que debe haber cerca de 120 especies); y, entre los mamíferos, hay registros de perezosos, armadillos, chuchas, carmos o guatines, borugos, ardillas…
Cuando he visitado la reserva, ya llegando la noche, he podido ver a la misma palma protagonista, en el mismo lugar en el que nació, junto al muro… ahora levantada sobre su elegante tronco. Miro hacia arriba y veo la silueta del racimo de frutos recortada contra el cielo; y también las siluetas de un grupo de murciélagos revoloteando a su alrededor, recogiendo sus frutos, listos a devorar su nutritiva pulpa y llevar lejos las semillas, para que el ciclo se repita una vez más. Esperamos que por muchísimo tiempo más.