Tucancito (Aulacorhynchus prasinus) - B. Gratwicke - 2008 |
Un municipio lleno de vida
El municipio de Jardín, situado en las laderas de la cordillera Occidental, mirando hacia el río Cauca, es uno de los sitios más interesantes para conocer nuestra biodiversidad de montaña. Jardín se extiende desde los 1500 m hasta unos 3000 m de elevación, un rango que permite el establecimiento de diversas zonas de vida. En la franja de clima templado ya son pocos los bosques nativos que sobreviven, pues hace rato fueron talados, abriendo campo para la siembra de café. Hacia las laderas más altas, por el contrario, persisten importantes extensiones de bosque, que se adentran hacia el vecino departamento de Caldas. Estos bosques, aunque amenazados por la tala, todavía forman un refugio de máxima importancia para la fauna y flora nativas, el último en su clase para muchas especies de plantas y animales de Antioquia.
Loros de montaña
Entre los animales más interesantes que se pueden observar en Jardín están los loros andinos. El más famoso de ellos es el loro orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis), el cual vive asociado a las palmas de cera (Ceroxylon quindiuense) que pueblan los bosques de las laderas altas. El loro cría sólo en agujeros en los troncos de palmas viejas. Por varios siglos, el loro orejiamarillo ha perdido enormes extensiones de su hábitat, al ser talados los bosques y las palmas de cera de las tres cordilleras. Cada vez se fue haciendo más raro, hasta que, en los años 90 del siglo XX, se llegó incluso a pensar que se había extinguido. Luego de varias expediciones en su búsqueda, una de ellas finalmente tuvo éxito. Una población de loros orejiamarillos fue descubierta en 1999 en Roncesvalles, Tolima. Poco tiempo después, se hizo el descubrimiento de la población de loros orejiamarillos en Jardín. Y, recientemente, se ha descubierto una tercera población en Colombia, en el municipio de Cubarral, Meta, en la vertiente oriental de la cordillera Oriental. Gracias a intensas labores de conservación de los loros y de las palmas de cera realizadas principalmente por la fundación ProAves en los sitios donde se lo ha encontrado, la especie está en franca recuperación: actualmente se estima que la población de estas aves supera los 1000 ejemplares. El loro orejiamarillo no vive solo. Los mismos cielos que él surca, son atravesados por parejas o pequeños grupos del perico frentirrojo (Aratinga wagleri) y de la cotorra oscura (Pionus chalcopterus).
La variedad de flora y fauna
Hoja de Columnea dimidiata |
En los diferentes climas de Jardín se encuentra una muestra muy interesante de plantas y animales andinos. Entre la flora destacan especies endémicas como los molinillos, almanegras o magnolios nativos (Magnolia jardinensis, Magnolia yarumalensis, EN) y la Passiflora jardinensis. Además de especies notables y amenazadas como el pino colombiano (Retrophyllum rospigliosii, NT), palma de cera cafetera (Ceroxylon alpinum, EN), palma de cera del Quindío (Ceroxylon quindiuense, EN), roble (Quercus humboldtii, VU) y cedro (Cedrela montana, VU). Entre las aves destaca la presencia de frugívoras de gran tamaño; entre ellas las pavas o guacharacas (Chamaepetes goudotii, Ortalis columbiana), los loros (Ognorhynchus icterotis, EN, Aratinga wagleri, Pionus chalcopterus), el tucancito (Aulacorhynchus prasinus) y la oropéndola o gulungo (Psarocolius angustifrons); todas éstas son aves sensibles a la deforestación y a la fragmentación de sus hábitats naturales y ya han desaparecido de muchas zonas de las cordilleras donde no se ha mantenido la integridad y conectividad de los bosques andinos. Se ha reportado también una variedad de mamíferos, incluyendo especies como las “chuchas” (Didelphis marsupialis, Didelphis pernigra), “oso hormiguero” (Tamandua mexicana), “gurre” o armadillo (Dasypus novemcinctus), “lobo” (Cerdocyon thous), “oso” (Tremarctos ornatus, VU), “puma” (Puma concolor, NT), “tigre lanchero” (Leopardus pardalis, NT), “tigre gallinero” (Leopardus tigrinus, VU), “cusumbo” (Nasua nasua), “perro de monte” (Potos flavus), “marteja” (Bassaricyon gabbii), “zorro” (Eira barbara), “venado” (Mazama americana), “ardilla” (Sciurus granatensis), “erizo” (Coendou rufescens), “guagua castellana” (Cuniculus paca), “guagua serranera” (Cuniculus taczanowskii) “guagua loba” (Dinomys branickii, VU) y “guatín” (Dasyprocta punctata).
Los bosques de La Esperanza
Nadador (Sapium stylare) en La Esperanza |
Uno de los sitios donde mejor pude conocer la biodiversidad de Jardín es en la finca La Esperanza, propiedad de mi amigo Douglas Knapp. Esta finca, de 3 hectáreas de extensión, alberga algunos parches de bosques nativos, numerosos árboles grandes dispersos, una antigua plantación de café y matorrales en regeneración. En La Esperanza realicé en Julio de 2012 un Inventario de Biodiversidad. Gracias a este estudio, ahora conocemos la presencia de 249 especies de plantas en esta reserva. Las observaciones de aves realizadas por José Fernando Castaño y Douglas Knapp, sumadas a las aves observadas durante el Inventario, dan un total de 122 especies registradas para el lugar. Entre estas aves se cuentan especies tan interesantes como el loro orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis), que baja a comer frutos de los árboles de lechero o nadador (Sapium stylare); la endémica guacharaca colombiana (Ortalis columbiana), que emite su ruidoso canto por las mañanas; además del también endémico hormiguero de Parker (Cercomacra parkeri) y del casi endémico saltarín dorado (Xenopipo flavicapilla). La Esperanza se está constituyendo como un sitio de observación de aves, con confortables alojamientos y un fácil acceso a reservas cercanas, donde es posible encontrar una variedad de aves raras y amenazadas. También se están planeando proyectos de reforestación y de recuperación de especies amenazadas de flora. Para los que quieran saber más, el sitio tiene una página de internet en construcción (en inglés), en la siguiente dirección: http://www.laesperanza.co/
Cabecera municipal de Jardín, vista desde la finca La Esperanza |
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