lunes, 17 de diciembre de 2012

Fincas al occidente de la Sabana - El mirlo acuático

El pájaro de los torrentes

Mirlo acuático (Cinclus leucocephalus) - D. Sherony - 2010
Una de las aves más interesantes que he visto en mi vida es el mirlo acuático (Cinclus leucocephalus). Este pájaro regordete está adornado con un plumaje blanco y negro; su pico es pequeño y sus patas son largas y fuertes, ayudando a sostener al ave en las rocas que se encuentran a lo largo de los cursos de agua. El mirlo acuático pertenece a una pequeña familia de aves, los cínclidos, que están completamente especializados en la vida al lado de corrientes de aguas frías y transparentes. ¡Algunas especies incluso pueden bucear! Nuestro mirlo acuático suramericano se arriesga un poco menos y normalmente no desaparece bajo el agua; más bien, va de piedra en piedra, mojándose un poco las patas, bajando hasta el nivel del agua para picotear los pequeños animalitos que hacen parte de su dieta. El plumaje contrastante y los movimientos inquietos realmente le añaden una nota especial a un paisaje ya de por sí interesante, donde el agua ruge y brilla, precipitándose en cascadas y remolinos.

 

Mirlos en Subachoque

Típico torrente de montaña, con aguas transparentes
Es difícil encontrar mirlos acuáticos en los alrededores de Bogotá. Es probable que antes fueran más abundantes, cuando las quebradas llevaban más agua y ésta era limpia y cristalina. Sin embargo, la deforestación ha ido secando muchos cursos de agua y los ha ido ensuciando con sedimentos, convirtiéndolos en lugares inapropiados para la existencia de nuestro pájaro de los torrentes. El único lugar donde he podido observar mirlos acuáticos en varias ocasiones es hacia La Pradera. Allí, cerca de su nacimiento, el río Subachoque se precipita en varias cascadas y sigue borboteando corriente abajo entre las rocas, formando un hábitat ideal para algunos de los pocos mirlos acuáticos que sobreviven en la Sabana de Bogotá. La primera vez que los vi, no podía creer en mi suerte. No pensaba encontrármelos, pues no creía que todavía sobrevivieran algunos en la región. Luego los he vuelto a encontrar en sitios cercanos y me he dado cuenta de que todavía hay una población de mirlos acuáticos allí, en los cerros al occidente de la Sabana.

La vida asociada

Trucha arcoiris - E. Engbretson - USFWS
El mirlo acuático comparte su hábitat con numerosas especies de animales. Antiguamente estaba acompañado por el pato de los torrentes (Merganetta armata), ave buceadora que, al parecer, ya desapareció por completo de la Sabana de Bogotá. En las quebradas de Subachoque ha sido introducida la trucha arcoiris (Oncorhynchus mykiss), oriunda de Norteamérica. También se encuentra allí el capitán (Trichomycterus cf. bogotense), un diminuto pez emparentado con los bagres. Y, más abajo en la cadena alimenticia, una variedad de invertebrados acuáticos, larvas de efímeras, frigáneas y otros insectos que sirven de alimento al mirlo acuático y a otros habitantes de los torrentes de montaña.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Mariposas de alta montaña

¿Mariposas escasas?

Altinote trinacria, en los cerros Orientales de Bogotá
A lo largo de los años me he dado cuenta de lo escasas que son las mariposas en Bogotá y, en general, en las partes planas de la Sabana. De vez en cuando se ve una mariposa anaranjada que pasa veloz, o una amarilla o blanca que revolotea más despacio. Pero no es fácil ver más de una a la vez, ni siquiera en los sitios con más verde. Esto resulta curioso, pues en la planicie de la Sabana hay grandes fincas, parques y jardines, abundantes flores que podrían atraer a estos insectos. ¿Será que en clima frío casi no hay mariposas? Podría haber creído en esta posibilidad de no haber vivido muchos años en Subachoque, a casi 3000 metros de altura, rodeado por un variadísimo conjunto de lepidópteros de alta montaña.

 

Asociaciones vitales

Lasiophila prosymna - especie asociada al chusque
En Subachoque conocí las mariposas de una manera muy próxima: leyendo libros y criando sus orugas, aprendí cosas interesantes sobre su historia de vida. Allí me di cuenta de que muchas mariposas de alta montaña nunca visitan flores. En vez de alimentarse de néctar, estas mariposas bajan a los charcos, donde toman agua con minerales; también visitan estiércol de animales y frutas en descomposición, tomando los jugos que rezuman estas sustancias. ¡Plantar flores no atraería en lo más mínimo a muchas mariposas! También me di cuenta de que cada especie de mariposa vive asociada a una o a unas pocas especies de plantas. Y no es que la mariposa adulta se alimente de esas plantas. Más bien, son las plantas en las que la mariposa pone sus huevos, para que sus orugas nazcan allí y se nutran comiéndolas. Si la planta adecuada está, la mariposa está. Si la planta falta, la mariposa correspondiente no podrá vivir en ese lugar.

 

Un sitio para criar

Forsterinaria inornata - otra mariposa del chusque
Eso me ha puesto a pensar. Muchos de nosotros, deseosos de atraer animales silvestres a nuestros jardines, solemos pensar en ponerles comida, en sembrar plantas que les ofrezcan alimento. Pero casi nunca pensamos en que los animales necesitan criar a sus hijos y que ellos no se van a instalar en un sitio que no sea adecuado para sus crías. He llegado a la conclusión de que, para atraer muchas especies de aves y mariposas, hay que pensar muy bien dónde crían estos animales, cómo son los sitios donde crían y cómo podemos recrear estos sitios en nuestros alrededores.

 

Las plantas que llaman a las mariposas

Desde este punto de vista ¿son Bogotá y las zonas planas de la Sabana sitios aptos para que críen nuestras mariposas de montaña? ¿Qué necesitan estas mariposas? ¿Dónde crían la mayor parte de ellas? ¿Cuáles son las plantas que les gustan a sus orugas? Las respuestas son sorprendentes: las plantas más útiles para el mayor número de mariposas de clima frío son los chusques o bambúes de montaña (Chusquea spp.) A la altura de Bogotá, cerca de un tercio de las especies de mariposas presentes sólo comen chusque cuando son orugas. Otras plantas de gran utilidad para las mariposas son los injertos o pajaritos (Dendrophthora spp.), plantas parásitas que crecen sobre las ramas de ciertos árboles, a los cuales llegan a secar con los años. A pesar de que podrían parecer plagas o plantas inútiles, la verdad es que algunas de nuestras más hermosas mariposas no existirían de no ser porque estas parásitas les brindan alimento a sus orugas.
Chusque (Chusquea aff. fendleri)

Ahora bien ¿hay en Bogotá o en las fincas de la planicie chusque o plantas parásitas? La respuesta es: prácticamente no. Antes había estas plantas, pero siglos de destrucción de la vegetación natural y de su reemplazo con especies exóticas han acabado con estas especies y, de paso, con la multitud de mariposas que éstas albergaban. Ahora tenemos jardines llenos de flores surafricanas, árboles australianos, hierbas europeas. Pero casi sin mariposas. ¿Cómo volver a traerlas? Tenemos que volver a reintroducir el chusque en sitios adecuados. Quizás en grandes macetas en la ciudad, donde las invasoras raíces de esta planta puedan mantenerse contenidas. Dejando los linderos de las fincas con vegetación enmarañada, silvestre, plantando chusque allí. Tenemos que mirar con nuevos ojos los bejucos y arbustos bajos que crecen como “maleza” a orillas de los caminos, pues estos bejucos y arbustos son las plantas que sostienen a muchas otras mariposas. Si esta “maleza” no es del todo inútil, quizás podamos dejarla crecer, en lugar de pasarle la guadaña y dejar sólo césped. Si creamos los ambientes adecuados, las mariposas podrán vivir a nuestro lado.